Ven como eres
- Gabriela Skerlj
- 4 jun
- 2 Min. de lectura
En el mundo del yoga, a menudo vemos imágenes de cuerpos perfectamente flexibles, posturas impecables y ambientes serenos. Pero la verdadera esencia del yoga no está en la perfección externa, sino en la conexión interna. Por eso, hoy queremos invitarte, con todo el corazón, a venir como eres.
Tu cuerpo es bienvenido
No importa si nunca has tocado tus pies o si llevas años sin moverte con intención y atención plena. No necesitas ser flexible, fuerte, joven, con o sin dolor.
Lo único que necesitas es estar dispuesto a respirar y estar presente.
El movimiento se adapta a ti, no al revés.
Tu mente también es bienvenida
Como te sientas, eso también puede estar en la esterilla contigo. No tienes que “arreglarte” emocionalmente para practicar. Mover por si misma es una herramienta, no una recompensa. Cada respiración consciente es una forma de volver a ti.
No hay expectativas que cumplir
Cuando entras a una clase, nadie está ahí para juzgarte. No se trata de tocar el suelo, sino de sentirte en casa en tu propio cuerpo.
No se trata de lograr la postura, sino de escucharte en el proceso.
Un espacio seguro para ser tú
En yoga, cada práctica es una oportunidad para volver a casa: a tu cuerpo, a tu respiración, a tu verdad. Ya sea que te sientas con ganas de moverte intensamente o necesites una pausa profunda, aquí tienes un lugar donde puedes ser tú sin filtros ni exigencias.
Si hoy tu cuerpo te pide suavidad, tal vez una práctica restaurativa o terapéutica sea lo que necesitas. Es un espacio donde puedes soltar tensiones físicas y emocionales. Aquí solo te permites estar, sin presión, sin prisa. Es una práctica profundamente compasiva, ideal para los días en que necesitas un abrazo más que un desafío.
Y si hoy tu energía te invita a moverte, las prácticas dinámicas te esperan. Aquí, el movimiento fluye con la respiración, pero siempre al ritmo que tú marques. No se trata de hacerlo “bien”, sino de sentirte presente en cada transición, en cada postura, incluso en cada caída. Puedes sudar, tambalearte, reír, ajustar, descansar. Todo es válido.
El mat no exige perfección, solo autenticidad.
En ambos casos —ya sea en quietud o en movimiento— este espacio está creado para que te escuches, para que respetes tus límites y para que te reconectes contigo. Es un refugio donde no necesitas demostrar nada. Solo traer tu presencia, y con eso, ya es suficiente.
Porque el yoga no es una forma de cambiar quién eres, sino una forma de recordarte que ya eres suficiente, tal como eres.
Aquí puedes simplemente ser.
La invitación está abierta
No necesitas experiencia previa. No necesitas una esterilla nueva.
No necesitas cambiar nada antes de comenzar. Solo: VEN COMO ERES
Tu camino empieza exactamente donde estás, tal y como estás.
Con amor
Gabriela

コメント